martes, julio 13, 2010
Tratamiento con ventosas chinas
Las ventosas chinas son esferas de vidrio interiormente huecas, con las que se produce la atracción de la sangre hacia la periferia del cuerpo, desatando un proceso de antiinflamatorio y tonificante de partes y puntos vitales. Se trata de un antiguo método terapéutico que se emplea en la Medicina Tradicional China desde hace más de 3.000 años. También los egipcios, los griegos y los romanos dejaron constancia escrita de su uso y de sus múltiples beneficios tanto físicos como psíquicos.
Al igual que la acupuntura o el Tui-Na, las ventosas tratan todo tipo de enfermedades crónicas, nerviosas (depresión, insomnio), dolores, problemas musculares, tendinosos u óseos. Además, ayudan a lograr un profundo estado de relajación y bienestar. Por el contrario, no deben utilizarse para tratar enfermedades con fiebre, ni cuando el paciente esté inconsciente o en estado de embriaguez. Asimismo, tampoco deberemos aplicarlas sobre el vientre o la zona lumbar de embarazadas.
Para la filosofía oriental, el Qi es la energía vital que fluye por todo el cuerpo y nutre al organismo. La interrupción de este flujo de energía produce desequilibrios en el cuerpo, que son los causantes de enfermedades. Las ventosas chinas son una de las mejores técnicas para reequilibrar esa energía.
Protocolo del tratamiento
El tratamiento se realiza mediante una succión con las ventosas sobre ciertos puntos de la piel, normalmente localizados en la espalda, la zona lumbar y el estómago. Esta succión estimula la eliminación de sustancias de desecho del organismo, reanuda el flujo de energía (Qi) y desbloquea los puntos obstruidos. Una sesión dura entre 30minutos y una hora y, una vez terminada, deja unas aureolas rojas que marcan la piel del paciente durante algunos días. Sin embargo, cabe señalar que no es una práctica dolorosa en absoluto y es muy aconsejable por su alto poder terapéutico y curativo.
Las ventosas pueden utilizarse de forma aislada, aunque suelen ser combinadas con otras disciplinas de la Medicina Tradicional China, como la acupuntura, el masaje Tui-Na o la moxibustión, para aumentar la eficacia de la sesión.
El paciente debe estar sentado o tumbado. Antes de aplicar las ventosas se limpia bien la zona. Tradicionalmente, se aplican con calor, ya que éste ayuda a abrir bien los poros, aunque actualmente también encontramos ventosas con bomba de succión, en las cuales el vacío se consigue accionando una pera de goma sobre la zona. El especialista quema un algodón previamente empapado en alcohol dentro de la ventosa durante unos segundos para crear el vacío por la combustión del oxígeno. Una vez caliente, la ventosa se adhiere a la piel ejerciendo una suave succión hacia el interior.
Las ventosas pueden dejarse fijas en determinados puntos (están especialmente indicadas para tratar enfermedades que se manifiestan con tos y afecciones del aparato respiratorio en general). Otra opción, la más habitual, consiste en hacer deslizar las ventosas por la espalda cada pocos minutos mientras se mantiene el efecto ventosa. Para ello, la terapeuta habrá aplicado algún aceite esencial sobre la piel a fin de facilitar los movimientos.
Una vez terminada la sesión, se practicará un completo masaje de toda la espalda, incidiendo a niveles profundos sobre los puntos que presenten mayor tensión y rigidez.
Resultados
Con una sola sesión con ventosas chinas –de una hora de duración- se mejora la retención de líquidos y se activa el sistema linfático. Además, resulta de gran ayuda para eliminar toxinas, potenciar la circulación, calmar el estrés y la ansiedad, y mejorar el tono y el estado de ánimo en general.
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